Desgracia (Violeta C. Rangel #4)
a Heladio, camellero en el desierto
Hacer las cosas mal, sin propósito de enmienda,
sin que te tiemble en pulso, vamos.
Todo mal.
Levantar una casa en un peñasco
para que no duermas tranquila en esa casa.
Que en cada tempestad algo se caiga,
no soporte, se destruya.
Hacer las cosas mal,
tener el valor de hacerlas mal.
Dejar clavos en el suelo y cristales en los ojos.
Pero que quepas, que quepas tú
aunque no duermas.
Que quepas, que no haya
día que no pienses
que estás a punto de palmar,
de irte al otro barrio,
que ya nadie te pueda librar de la desgracia.
Violeta C. Rangel
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