Carta a Dios por no haber podido pagar el recibo de la electricidad

Fotografia de Charles Gatewood


Dios que todo lo das,
quítame algo.

Das la luz cada mañana, puntualmente, Dios.
Quítame, por favor, un poco de salud
que no me moriré por eso.
Quítame, si quieres,
algunos de los dientes
que creo que tengo muchos.

Dios que todo lo das,
a mí quítame algo.

Das la luz cada mañana, y lo haces muy bien, Dios.
Quítame, por favor, un poco de oído
que de todos modos seguiré oyendo.
Quítame, si quieres,
un poco de agilidad mental, tantito,
nada que vaya a dejarme tonto de más.

Das la luz cada mañana, y hay quienes ni cuenta se dan de eso,
Dios.
Quítame, por favor, algo de lo que tengo
porque soy de los que tienen más de lo que se comen.
Quítame, si quieres,
mi coche, haz que algunos de esos bancos que roban
se quede con un golpe de tecla de computadora con mis ahorros.

A cambio te ruego
- y para lo que te escribo es para eso -
que no me quites la luz.
Te ruego que no me quites la luz.
La luz del día.

Esto que te acabo de escribir
tómalo como un ruego
o
tómalo como una oración.
Tómalo como quieras
pero, por favor,
tú que todo lo puedes,
no me quites la luz del día Dios mío, no me quites la luz.

PD: Te voy a seguir escribiendo, pero ya no de noche, como antes.
Dante Medina


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